viernes, 25 de junio de 2010

Soy el plagio de mi MADRE



Era un 11 de octubre del año pasado, aún no he logrado olvidar semejante fecha, aquel día una joven señora desprendia alientos con beneplacita pasión, ella se llamaba: María Concepción, ese dia ella recibio la llamada del altisimo PADRE, (creador y fundador de todo lo maravilloso) entonces, Ella partio a su lado. Y digo que era apenas una joven señora, puesto que con 58 años, una persona esta alcanzando a plenitud su madurez, muchos recuerdos su reúnen en mi mente al recordar dicha fecha, el día estaba semicaluroso, radiante, lleno de luz, tenia que ser un día esplendido, puesto que el mundo despedía a un ser humano increible he irrepetible, y lo era por sus acciones. Sin título algúno, sin mas fortuna para dejar a los suyos, sin amasijo de ningún tipo, pero con un tesoro incalculable, que no era otro que su sonrisa y su bondad. Aún tengo el fresco recuerdo de su expresión de su rostro aun despues de muerta, me atrevo a decir que daba la sensación de que nos regalaba su ultima sonrisa. Así se mudo mi MADRE; María Concepción, una señora esplendida, que para mi fortuna, supo marcarme de por vida, y hare lo posible para que todo lo aprendido, brille y perdure en cada momento de mi vida. Lo he dicho anteriormente, el destino me deparó tan solo 26 años junto a tan singular mujer, todavia me bastó y me sobró tiempo para aprender de sus lecciones y pasado el tiempo, seré como bien me lo dijo una amiga, "el plagio de mi MADRE", sin duda alguna, mi título mas bello.


De no haber sido llamada por DIOS en aquella fecha, María Concepción seria ahora mi bella y hermosa viejita del alma. Lo sigue siendo, porque lo mejor de ella vive permanentemente conmigo, (nadie muere si es capaz de vivir en el corazón de cuantos la amaron) y, este es el caso de mi Madre: María Concepción que, amada por muchos y de forma concreta por mi humilde ser, todavia la siento a mi lado, nada a cambiado, estos meses no han podido eclipsar aquel cariño irrepetible que me entregaba, al cerrar los ojos, aún la sigo viendo a mi lado.


No hay muerte, si acaso mudanza es lo que hay, porque como digo, a quien amaste y recibiste su amor, la armonización de almas sigue vigente.


No tengo la presencia física de mi Madre María Concepción, nada es mas cierto; quede huerfano de su persona desde el dia de su mudanza, pero su mágia sigue vigente dentro de mi corazón, ¿cabe mayor dicha? Mueren como digo, los que quedan olvidados, yo por mi parte seguiré recordando a mi Madre como una señal inequivoca que sigue viva eternamente en mí, Mi Madre, por muchas razones, sigue viva dentro de mi corazón y, por supuesto! de cuantos la amaron, en difinitiva sigue descansando junto a DIOS, y la prueba de que María Concepción sigue viva no es otra más que: hace pocos días, me encontré con una señora que gozo de su amistad y tuvo a bien contarme pasajes hermosísimos de lo que supuso su paso por la vida, dicha señora recordó a mi Madre de tal modo que una vez más, la sentí junto a mi, es obvio que mi Madre supo dejar en este mundo la estela de su bondad, la alegria con la que vivió y el amor con los que nos roció a cuantos tuvimos la fortuna de estar a su lado. Cualquier persona tiene derecho a sentir orgullo por su Madre, algo lógico y cabal, pero en mi caso, dicha acción se incrementa cada día mucho más, porque los valores que aprendió María Concepción en los años en que vivió, calaron muy profundo dentro de mi ser. Ella era docta en nada, pero era noble de corazón, en su vida toda, en su bondad, en el amor que regalaba, por lo tanto era sabia como ninguna.


Por miles de razones como digo, me siento el plagio de aquella singular mujer, por lo tanto, ¡soy! ¡claro que sí! también docto en nada, pero fue María Concepción la que me enseño a ser lo que soy, un pregonero, un anunciante, un vendedor de las cosas maravillosas que tenemos y que aún no nos hemos dado cuenta.


Soy desde hace un buen tiempo, un discípulo de mi Madre, puesto que me he dado a la tarea de seguir su filosofía tan práctica, y no es otra cosa que: "vivir con bondad".




Namaste Madre.

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